La avicultura en Paraguay ha recorrido un camino de muchos logros y se ha convertido en una inversión atractiva para muchos paraguayos. Este rubro, que viene creciendo con el sistema de granjas integradas, es hoy día escenario de desarrollo, evolución y progreso.
El mismo se ha convertido en un sector donde jóvenes, como Jorge Saccarello, pueden experimentar de primera mano el desarrollo y el potencial del país. A continuación, nos cuenta un poco más de su experiencia en el rubro avícola.
“Estaba en el último año de la carrera Administración de Empresas, estudiando acá en el país, y con la familia queríamos y buscábamos un negocio agropecuario en el cual invertir. Contábamos con un campo en las afueras de Asunción, pero su tamaño no daba solo para modelos productivos basados en la ganadería tradicional.
Entonces empezamos a averiguar y consultar con gente allegada al rubro avícola, como la familia Zubizarreta y Carlos Soljancic. Averiguando, llegamos a la conclusión de que era una excelente opción y arrancamos con el proyecto. Hoy día, estamos tratando de consolidar un paquete productivo eficiente y efectivo, trabajando en este mismo campo, utilizando subproductos derivados de la avicultura, con reforestación, además del negocio de pollos que es uno de los pilares principales”, sostuvo Saccarello, granjero de K-zero.
Destacó que iniciaron el proyecto hace 5 años. “Nos tomó un año armar y preparar toda la infraestructura, y desde el 2013 estamos produciendo para la Integradora. Recuerdo que empezamos ese año con 68.000 pollitos distribuidos en dos galpones, ‘full moderno para la época’. Con mucho trabajo y dedicación, hoy hemos prácticamente triplicado la producción, y para este año tenemos una proyección de cerrar con 210.000 pollos distribuidos en seis galpones”, explicó.
El profesional sostuvo que en este negocio conviene apostar a la cantidad y a la tecnificación para que el negocio siga creciendo, y el sistema integrado de granjas, es el canal para lograrlo.
Una vez armada la granja, la integradora te provee de los pollitos, el balanceado o alimento para los mismos, y ofrece también asistencia y asesoría veterinaria.
“Nosotros, además de montar la infraestructura, nos encargamos de los costos y mantenimiento de la granja y de la explotación del negocio en sí. Por contrato, recibimos los pollitos y entregamos el 100% a la Integradora una vez que están listos. Es un negocio muy tecnificado, siempre digo que la palabra “granja” a lo mejor le queda corto, es más bien una fábrica”, especificó.
En cuanto al trabajo en granja explicó que del portón para adentro, cuentan con nueve personas trabajando todos los días. Indirectamente, son parte del proceso desde los agricultores que cultivan el maíz y la soja, los fleteros que transportan los pollos, y muchos otros, duplicando prácticamente el número de personas en el equipo. Además de la parte administrativa y de compras, localizada en Asunción.
“Los días de trabajo en una granja moderna son 24 horas de trabajo y control. Son dos turnos, el primero, que arranca a las 5 am y va hasta las 5 pm, y luego arranca el segundo. Son 12 horas de trabajo y por ende se remunera bien. En aproximadamente 45 a 50 días están listos los pollos para el traslado a la Integradora y una vez que los pollos ya no están, empieza el periodo de desinfección y preparación de galpones para recibir la nueva carga”, finalizó Saccarello.
Fuente: 5 Días